Voto de silencio, simplemente amor
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Por: Miranda Trincheri (colaboradora)
Calificación: ★★★★
En épocas en que se discurre hasta el hartazgo acerca del amor, Verónica Mc Loughlin, en su ópera prima, decide contar su historia a partir del silencio. Desde el comienzo, con la pequeña Ana en escena, los espectadores empiezan a leer su cuerpo y su mirada. Una antigua valija, ocupa el centro de la escena y de la intriga. ¿Qué es lo que contiene? Una vida. Y una historia. De a poco, comienzan a escucharse otras voces que contribuyen a la narración: un tren, pájaros mañaneros, bichos nocturnos y lluvia; recursos sonoros definitivamente clásicos que en esta obra pequeña, sutil y decididamente humana liberan al diálogo del peso de la historia. Las conversaciones, entonces, entre ella y él, son el puro presente de dos personas que están juntas y comparten el ciclo de la vida. La escenografía y el vestuario -también clásicos y muy bien realizados- aportan a construir esta relación, este vínculo tan delicado y, sin embargo, fuerte entre un hombre y una mujer. Una obra que se toma el tiempo de dejar hablar al silencio en nombre del amor y en la que los actores dialogan con sus cuerpos captando la atención de los espectadores hasta el último segundo.
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Felicitaciones Vero!!!
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